martes, 27 de febrero de 2018

Poema escocés para despedir a un ser querido

Puedes llorar porque se ha ido,
o puedes sonreír porque ha vivido.

Puedes cerrar los ojos, y rezar para que vuelva,
o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado,
tú corazón puede estar vacío porque no lo puedes ver,
o puede estar lleno de amor que compartiste.

Puede llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda,
o puedes hacer lo que a esa persona le gustaría:
sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

Que...

Que la memoria, si ha de traer alguna lágrima, siempre venga acompañada de una sonrisa.

Que los recuerdos me cuenten historias de quién soy y no de quien fui entonces.

Que los besos que no me atreví a dar no hayan dejado amargura en mis labios.

Que tanto si compartimos breves instantes o largos años, donde estés ahora tú me recuerdes sonriendo y yo te recuerde de la misma manera.

Que entre tanto cruce de caminos, de encuentros inesperados y giros del destino no me haya perdido y aun sepa diferenciar las cosas de la vida que de verdad son valiosas.

Que al recordar todas mis locuras piense que aun es tiempo de intentar superarlas.

Que al pensar en aquella persona que conocí una vez y por la que aun daría una y mil veces la vida, pueda alargar mi brazo buscando a mi lado y cogerte de la mano.


Nota marinera:
Que una de las frases que más recuerdo que me has dicho, "nunca piernas el norte", me siga acompañando en mi día a día, como tantos bonitos recuerdos que tengo de ti hermanita.