El señor llegó a su casa después de haber pasado un mes de campaña.
-¡María! Vengo que no me aguanto, ve quitándote la ropa que te voy a echar el polvo de tu vida.
Entraron en la habitación, se metieron en la cama e hicieron el amor de manera salvaje, brutal, escandalosa. Fue tal el ajetreo y el ruido de la cama contra la pared, que al poco de empezar escucharon unos golpes al otro lado de la pared, acompañados por las voces del vecino:
-Ya está bien, ¿no? ¡Todo el mes igual, coño...!
el portal, cuando, de repente llega el padre de la chica; ella se recompone la falda y la blusa en un periquete, visiblemente turbada, y él se arregla un poco.
ResponderEliminarEl Padre le dice al novio:
- Hola hijo, ¿Qué tal?, anda, sube y cenas algo, ¡que estarás desmayado!
- No, muchas gracias, ya me marchaba ...
- No, hombre, no, sube, ...
Total, que al final sube a tomar algo y la madre de la novia, encantada con la visita, le sirve un botellín fresquito y unas magníficas croquetas.
El muchacho prueba la primera y le dice a la señora:
- ¡ESTÁN BUENIIISIMAS ESTAS CROQUETAS DE BACALAO!
El padre, en ese instante, y dándole una sonora colleja, le dice:
- ANDA, CÓGELAS CON LA OTRA MANO, QUE SON DE POLLO ¡CABRÓN!
El campamento
ResponderEliminarCuatro amigos iban de acampada cada año.
Dos días antes de salir, la esposa de Paco le dijo que no le dejaba ir.
Los amigos de Paco se disgustaron mucho por la noticia.
Pero cuando llegaron al campamento encontraron a Paco, con la tienda ya levantada, una buena cantidad de leña y la cena casi lista.
"¡Pero bueno! ¿cómo has convencido a tu mujer?"
"Pues veréis. Ayer por la noche estaba yo sentado en mi sillón favorito y mi esposa se me acercó por la espalda, me tapó los ojos y me dijo, '¿Quién soy?'.
Retiré las manos y vi que sólo llevaba un picardías nuevecito, perfumado y transparente.
Ella me agarró la mano y me llevó al dormitorio, que estaba iluminado con velas y tenía pétalos de rosa por todas partes.
En la cama, ¡había colocado esposas y cuerdas! Me dijo que la atara y la esposara a la cama. Cuando terminé de atarla, me dijo, '!Haz lo que quieras!"
"Y... ¡¡¡Aquí estoy!!!"