lunes, 4 de abril de 2016

Mujeres buenas en el tren

Un hombre y una mujer que no se conocían, coincidieron en el mismo compartimento de coche-cama de un tren.
Después de lo embarazoso de la situación inicial, ambos se acostaron, el hombre en la litera superior y ella en la inferior.
A medianoche, el hombre se inclina al lateral de la litera, despierta a la mujer y le dice:
- Siento molestarla, pero tengo un frío tremendo, ¿podría usted alcanzarme una manta?
La mujer se asoma también al lateral de la litera y con un guiño de ojo le dice:
- Tengo una idea mejor, tan sólo por esta noche, supongamos que estamos casados.
El hombre, encantado, comenta:
- ¡De acuerdo!, ¡fenomenal!
Entonces la mujer le dice:
- ¡Levántate y congela tú, gilipollas!




Mujeres buenas


A una mujer le diagnostican una enfermedad terminal, y decide ir a un pintor para que le haga un retrato y así dejar un bello recuerdo a su familia.
El día que llega al taller del pintor, se sienta para posar y el pintor la empieza a retratar. Al cabo de un rato ella le dice:
- Perdón, ¿podría pintarme una diadema de diamantes en la cabeza?
- Sí, señora, por supuesto.
Al cabo de unos minutos:
- ¿Y un collar de perlas en el cuello?
- Por supuesto señora.
Y le va pidiendo que le pinte también una sortija con una esmeralda, una pulsera de oro macizo, etc.
Al cabo de unas horas el retrato queda acabado. La señora parecía una reina toda llena de joyas.
El pintor le dice:
- Perdone señora, ¿para qué ha querido que le pintara tantas joyas?
- Para que la hija de puta con la que se case mi marido, se vuelva loca buscándolas.

¿Mujeres buenas? ...




Acuérdense hombres y mujeres que hay que ver todo con sentido del humor, porque así está este mundo de mal, que nos reímos poco. El sentido del humor, siempre que sea con buena intención, como es el caso, es bueno, así que no lo pongas en Modo Avión.


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