- Oíste Marucha, estas hierbas que plantó mi nieto son mejores que los grelos y las berzas. Anoche hice un caldo y por la noche dormí de un tirón. Ni artritis ni reuma ni harapos de gaita, a partir de ahora que le den al copago. ¡Y el olor!
- ¿El olor que pasa?
- ¡Mi madre! ¡que bien huele! Hoy tome un cuenco en el desayuno y cuando decían misa, no sé qué de una tal María que le apareció una manzana y... ¡Oíste! ¡no podía dejar de reír!
- Ayyy ¡esto es lo que deben llamar alegría de vivir! Y que no puedo parar, creo que no reímos tanto en toda la vida...
- ¡Qué carallo va a pasar cuando se lo digamos al del Sintron!
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