jueves, 10 de febrero de 2011

Teoría de la Relatividad

UN EJEMPLO QUE DEJA MUY CLARA LA TEORÍA DE LA RELATIVIDAD:

Al final de la tarde, un ginecólogo espera a su última paciente... que no llega.

Después de media hora de espera, supone que ya no vendrá y decide tomarse un gin-tonic para relajarse antes de volver a casa.

Se instala confortablemente en una poltrona y empieza a leer un periódico.

Entonces suena el timbre de la puerta.... es la paciente que llega toda sofocada y pide disculpas por el retraso.

- No tiene importancia – responde el médico – mire, yo estaba tomando un gin-tonic mientras esperaba. ¿Quiere usted acompañarme y tomar algo?

- Acepto con placer – responde la paciente aliviada – con el sofocón que traigo...

Le sirve un vaso, se sienta frente a ella y empiezan a conversar sobre temas banales....

De repente… se oye un ruido de llaves en la puerta del consultorio. El médico tiene un sobresalto, empieza a ponerse nervioso, se levanta bruscamente y dice:

¡Mi mujer! Rápido, quítese las bragas y abra las piernas.


En la vida todo es relativo...

2 comentarios:

  1. Dos viejitos estaban en el patio de su casa tomando mate y, de pronto, la viejita le pegó al viejito un sopapo fenomenal que lo tiró al piso, le hizo volar la gorra, los anteojos y el mate.
    El viejito, arrastrándose, fue juntando cosa por cosa y, balbuceando, ensayó una pregunta:
    -"Pero, vieja... ¿por qué hiciste esto?"

    A eso, la viejita respondió:
    -"¡Por 50 años de mal sexo!"

    Después siguieron tomando mate como si nada; pero al rato el viejito, que se había quedado pensativo, le encajó a la vieja un bofetón que la desparramó por el piso y le hizo caer el mate, la pava y la yerbera, perder los anteojos y salir la dentadura...
    Mientras iba recogiendo todo, la vieja preguntó:
    -"Y ahora, vos ¿por qué me pegas?..."

    Y el viejito, sin mirarla, le contestó:
    -"¿Dónde aprendiste la diferencia, vieja de mierda?????"

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  2. Una viejita va al supermercado y pone en su canasta las latas más caras de comida para gatos. Ya en la caja, le dice a la cajera:
    - Yo sólo compro lo mejor para mi gatito.
    La cajera le responde:
    - Lo siento, pero no podemos venderle comida para gato sin que compruebe que tiene un gato. Muchos ancianos compran comida para gatos y luego, por necesidad, ellos mismos se la
    comen. La gerencia necesita una prueba de que realmente usted tiene un gato.
    La anciana se va a su casa, toma a su gato, lo mete en un maletín y regresa al supermercado para comprobarlo. Le venden las latas.
    El dia siguiente, la misma viejita va al súper y compra 12 galletas para perro. La cajera le exige la prueba de que tiene un perro, aduciendo que muchos ancianos llegan a comerse la comida para perro. Frustrada, la viejita va a su casa y regresa con su perro; al fin, le venden las dichosas galletas.
    Un día después la señora regresa al súper, y lleva una pequeña caja con un hueco en la tapa. Al entrar, se acerca a la cajera y le pide que meta un dedo en el hueco de la tapa.
    La cajera dice:
    - No... quizá usted tenga ahí una serpiente.
    La anciana le asegura que en la caja no hay algo que muerda. Entonces, la cajera mete el dedo... e inmediatamente lo retira y le grita a la viejita:
    - ¡Esto es mierda!
    La viejita, con una sonrisa de oreja a oreja, le dice a la cajera:
    - Es cierto, querida. Y ahora... ¿puedo comprar cuatro rollos de papel higiénico?

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