En las sociedades occidentales el lector está siendo suplantado por el "consumidor de bombazos editoriales" (el libro que lee todo el mundo al mismo tiempo); será porque la gente lo considera un signo de prestigio social.
El libro parece ya una mercancía de obligado consumo. Las campañas de publicidad se dirigen al "consumo cultural" más que a la formación de lectores.
No importa que haya muchos lectores, sino muchos individuos que consuman libros, para que ingresen en la categoría de mercancía.
La propaganda de la lectura y de los libros va dirigida a las masas; pero la lectura es una elección personal.
Juan Manuel de Prada (en "Animales de Compañía", El Semanal)
Sobre los plagios:
(Plagiar: copiar sustancialmente obras ajenas)
Puede ser por mala fe o por un entendimiento erróneo de la "propiedad intelectual".
Nada nuevo existe bajo el sol; sólo el desconocimiento del pasado. Por eso algunos autores se creen originales y con obras inéditas.
Todo está inventado, sólo nos queda la misión de darle originalidad repitiendo lo mismo pero con una mirada renovada (hasta Shakespeare, según los investigadores más avezados, copió dos tercios de sus obras a otros autores).
En literatura, el robo con asesinato (el plagio que anula o hace olvidar lo plagiado) puede llegar a ser la forma más esmerada de originalidad.
Juan Manuel de Prada (en "Animales de Compañía", El Semanal)
"Lo que a mí me parece mal en los periódicos es que soliciten todos los días nuestra atención para cosas insignificantes, mientras que los libros que contitnen cosas esenciales no los leemos más que tres o cuatro veces en nuestra vida.
Swann (autor del primer tomo de "En busca del arca perdida")
Hay algo dentro de nosotros que nos mantiene adheridos a esa lectura trivial; porque, del mismo modo que en el hombre existe un impulso de eternidad, concurre también de que su andadura por la tierra necesita avituallarse de naderías efímeras, (tal vez porque nos alivian la impresión de que a menudo nuestra vida está compuesta de las mismas naderías efímeras: y es que nada consuela tanto al enfermo como descubrir que otros padecen su misma afección).
Juan Manuel de Prada (en "Animales de Compañía", El Semanal)
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