Qué curioso, antes se utilizaban señales de humo para hacer señales; ahora se usan, en ciertos casos, para mostrar señales: de educación, de comportamiento, de cultura...
Yo no soy fumador, no lo he hecho nunca, creo que no lo haré jamás.
Según comenta Juan Manuel de Prada (una cajetilla le dura 3 o 4 días, se autodefine como fumador inconsciente, soy un fumador que se responsabiliza de las consecuencias de mi elección):
"Soy, desde luego, un fumador que se responsabiliza de las consecuencias de su elección: sé que mis pulmones estás acatando un castigo, levísimo, pero castigo a fin de cuentas.
Quien fuma debe hacerlo con la certeza de que está erosionando su salud. Pero esa certeza no debería degenerar en histeria. Tendríamos entonces enfermos psíquicos sintiéndose atacados por la sociedad.
Nadie discute que el tabaco sea perjudicial para la salud (y la de los demás…), pero convendría que no se le atribuyese tan a la ligera la responsabilidad de todas las calamidades contemporáneas.
No trato aquí de negar los efectos nocivos del tabaco; trato tan sólo de cuestionar este asedio incesante de informaciones apocalípticas que pretenden convertir nuestra existencia en una condena.
Del mismo modo que la estadística y el laboratorio se preocupan de detallar las propiedades cancerígenas del tabaco (nota mía, Jorge: que las tiene), nadie parece molestarse en analizar los desarreglos psíquicos que tales propagandas tremendistas infunden en la población.
Toda sociedad reprimida, a la postre, desagua compulsivamente sus frustraciones".
Juan Manuel de Prada (en "Animales de Compañía", El Semanal)
Y hasta aquí una opinión que no deja de ser interesante.
La mía, mi opinión, que cada uno haga lo que quiera, que ya somos mayorcitos, pero sin molestar a los demás.
Saludos
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