jueves, 24 de marzo de 2011

Ciencia y religión

Hecho ocurrido en 1892, verdadero y parte de una biografía

Un señor de unos 70 años viajaba en el tren, teniendo a su lado a un joven universitario que leía su libro de Ciencias. El caballero, a su vez, leía un libro de portada negra. Fue cuando el joven percibió que se trataba de la Biblia y que estaba abierta en el Evangelio de Marcos.

Sin mucha ceremonia, el muchacho interrumpió la lectura del viejo y le preguntó:

- Señor, ¿usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y cuentos?
- Sí, mas no es un libro de cuentos, es la Palabra de Dios. ¿Estoy equivocado?
- Pero claro que lo está. Creo que usted señor debería estudiar Historia Universal. Vería que la Revolución Francesa, ocurrida hace más de 100 años, mostró la miopía de la religión. Solamente personas sin cultura todavía creen que Dios hizo el mundo en 6 días. Usted señor debería conocer un poco más lo que nuestros Científicos dicen de todo eso.
- Y... ¿es eso mismo lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia?
- Bien, como voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle, pero déjeme su tarjeta con su dirección para mandarle material científico por correo con la máxima urgencia.

El anciano entonces, con mucha paciencia, abrió cuidadosamente el bolsillo derecho de su bolso y le dio su tarjeta al muchacho. Cuando éste leyó lo que allí decía, salió cabizbajo, sintiéndose peor que una ameba.

En la tarjeta decía:

Profesor Doctor Louis Pasteur
Director General del Instituto de Investigaciones Científicas
Universidad Nacional de Francia
'Un poco de Ciencia nos aparta de Dios. Mucha, nos aproxima'.
Dr. Louis Pasteur

El mayor placer de una persona inteligente es aparentar ser idiota delante de un idiota que aparenta ser inteligente.

3 comentarios:

  1. DIOS Y TU PADRE NUESTRO

    TU: Padre Nuestro que estás en los cielos...
    DIOS: Si. Aquí estoy...

    TU: Por favor... no me interrumpa, ¡estoy orando!
    DIOS: ¡Pero tú me llamaste!..

    TU: ¿Llamé? No llamé a nadie. Estoy orando.... Padre Nuestro que estás en los cielos...
    DIOS: ¡¡¡Ah!!! Eres tú nuevamente.

    TU: ¿Cómo?
    DIOS: ¡Me llamaste! Tú dijiste: Padre nuestro que estás en los cielos. Estoy aquí. ¿En qué te puedo ayudar?

    TU: Pero no quise decir eso. Estoy orando. Rezo el Padrenuestro todos los días, me siento bien orando así. Es como cumplir con un deber. Y no me siento bien hasta cumplirlo.
    DIOS: Pero ¿cómo puedes decir Padre Nuestro sin pensar que todos son tus Hermanos? ¿Cómo puedes decir que estás en los cielos, si no sabes que el cielo es paz, que el cielo es amor a todos?...

    TU: Es que realmente no había pensado en eso.
    DIOS: Pero... prosigue tu oración.

    TU: Santificado sea tu nombre...
    DIOS: ¡Espera ahí! ¿Qué quieres decir con eso?

    TU: Quiero decir... quiero decir, y... lo que significa. ¿Cómo lo voy a saber? Es parte de la oración. ¡Sólo eso!
    DIOS: Santificado significa digno de respeto, santo, sagrado.

    TU: Ahora entendí. Pero nunca había pensado en el sentido de la palabra SANTIFICADO. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo..."
    DIOS: ¿Estás hablando en serio?

    TU: ¡Claro! ¿Por qué no?
    DIOS: ¿Y que haces tú para que eso suceda?

    TU: ¿Cómo qué hago? ¡Nada! Es que es parte de la oración, hablando de eso... sería bueno que el Señor tuviera un control de todo lo que acontece en el cielo y en la tierra también.
    DIOS: ¿Tengo control sobre ti?

    TU: Bueno... yo... ¡voy a la Iglesia!
    DIOS: ¡No fue eso lo que te pregunté! ¿Qué tal el modo en que tratas a tus hermanos, la forma en que gastas tu dinero, el mucho tiempo que das a la televisión, las propagandas por las que corres detrás, y el poco tiempo que me dedicas a Mi?

    TU: Por favor, ¡para de criticar!
    DIOS: Disculpa. Pensé que estabas pidiendo que se haga mi voluntad. Si eso fuera a acontecer, ¿qué hacer con aquellos que oran yaceptan mi voluntad, el frío, el calor, la lluvia, la naturaleza, la comunidad...?

    TU: Es cierto, tienes razón. Nunca acepto tu voluntad, pues reclamo por todo. Si mandas lluvia, pido sol, si mandas sol me quejo del calor, si mandas frío, continuo reclamando, pido salud, pero no cuido de ella, dejo de alimentarme o como mucho.
    DIOS: Excelente que reconozcas todo eso. Vamos a trabajar juntos tú y yo. Vamos a tener victorias y derrotas. Me está gustando mucho tu nueva actitud.

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  2. Dios y tu Padre Nuestro
    (continuación)

    TU: Oye Señor, preciso terminar ahora, esta oración esta demorando mucho más de lo acostumbrado. Continúo..."el pan nuestro de cada día dánoslo hoy"...
    DIOS: ¡Para ahí! ¿Me estás pidiendo pan material? No solo de pan vive el hombre sino también de Mi Palabra. Cuando Me pidas el pan, acuérdate de aquellos que no lo tienen. Puedes pedirme lo que quieras, deja que me vea como un Padre amoroso. Estoy interesado en la última parte de tu oración, continúa...

    TU: "Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden..."
    DIOS: ¿Y tu hermano despreciado?

    TU: Oye Señor, él me criticó muchas veces y no era verdad lo que decía. Ahora no consigo perdonarlo. Necesito vengarme.
    DIOS: Pero.. ¿y tu oración? ¿qué quieres decir con tu oración? Tú me llamaste y estoy aquí, quiero que salgas de aquí transformado, me gusta que seas honesto. Pero no es bueno cargar con el peso de la ira dentro de ti. ¿Entiendes?

    TU: Entiendo que me sentiría mejor si me vengara.
    DIOS: ¡No! Te vas a sentir peor. La venganza no es buena como parece. Piensa en la tristeza que me causarías, piensa en tu tristeza ahora. Yo puedo cambiar todo para ti. Basta que tú lo quieras.

    TU: ¿Puedes? ¿Pero cómo?
    DIOS: Perdona a tu hermano, y Yo te perdonaré a ti y te aliviaré.

    TU: Pero Señor, no puedo perdonarlo.
    DIOS: ¡Entonces no me pidas perdón tampoco!

    TU: ¡Estás acertado! Pero solo quería vengarme, quiero la paz Señor. Está bien, está bien: perdono a todos, pero ¡ayúdame Señor!. Muéstrame el camino a seguir.
    DIOS: Esto que pides es maravilloso, estoy muy feliz contigo. Y tú... ¿Cómo te estas sintiendo?

    TU: ¡Bien, muy bien! A decir verdad, nunca me había sentido así. Es muy bueno hablar con Dios.
    DIOS: Ahora terminemos la oración... prosigue...

    TU: "no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal..."
    DIOS: Excelente, voy a hacer justamente eso, pero no te pongas en situaciones donde puedas ser tentado.

    TU: y ahora... ¿qué quieres decir con eso?
    DIOS: Deja de andar en compañía de personas que te llevan a participar de cosas sucias, secretos. Abandona la maldad, el odio. Todo eso te lleva al camino errado. No uses todo eso como salida de emergencia.

    TU: ¡No te entiendo!
    DIOS: ¡Claro que entiendes! Has hecho conmigo eso varias veces. Vas por el camino equivocado y luego corres a pedirme socorro.

    TU: Tengo mucha vergüenza, perdóname Señor.
    DIOS: Claro que te perdono! Siempre perdono a quien esta dispuesto a perdonar también. Pero cuando me vuelvas a llamar acuérdate de nuestra conversación, medita cada palabra que dices. Termina tu oración.

    TU: ¿Terminar? Ah, sí, "¡AMEN!"
    DIOS: y ¿qué quiere decir... "Amén"?

    TU: No lo sé. Es el final de la oración.
    DIOS: Debes decir AMEN cuando aceptas todo lo que quiero, cuando concuerdas con mi voluntad, cuando sigues mis mandamientos, porque AMEN quiere decir ASÍ SEA , estoy de acuerdo con todo lo que oré.

    TU: Señor, gracias por enseñarme esta oración, y ahora gracias también por hacérmela entender.
    DIOS: Yo amo a todos mis hijos, pero amo más a aquellos que quieren salir del error, a aquellos que quieren ser libres del pecado. Te bendigo y permanece en mi paz.

    TU: ¡Gracias Señor! Estoy muy feliz de saber que eres mi amigo.

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  3. Para entender el mundo hace falta conocer la historia, y la historia se trata de información básica, referida a política, economía, etc, y como no, religión.
    No podemos privar a los niños de educarles en una parte tan esencial de la historia de la vida, de porque hemos llegado a dónde hemos llegado y a veces, cómo lo hemos hecho.
    La religión, nos guste o no, es una parte considerable de la cultura, y sinceramente pienso que deberíamos pensar en estudiar la historia de las religiones ya que estamos en un mundo tan global.
    Quizá con todo ello entenderíamos mejor a los demás, las demás religiones, y ojalá los demás lo hicieran también, para entendernos a nosotros. Pero creo que nosotros estamos tirando a conocer la historia d ela suya y ellos no la historia de la nuestra.
    La nuestra lo digo en sentido general, ya que cada uno es libre de escoger lo que quiere, lo que desee que aprendan sus hijos. Es difícil pensar lo que les conviene mejor, pero lo que está claro es que no les conviene más mirar salsa rosa que estudiar religión aunque sea la católica.
    Lo ideal, según mi opinión, sería estudiar un poco de todas, y en mayor grado la cristiana, que es, queramos o no, la que más nos ha afectado. Sólo estudiando algo se puede opinar sobre ello.
    (notas sobre artículo de Carmen Posadas)

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