Una mañana, el marido vuelve a su cabaña luego de varias horas de pesca y decide dormir una siesta. Aunque no conoce bien el lago, la mujer decide salir en la lancha. Se mete lago adentro, ancla y lee un libro.
Se acerca el Guardián en su lancha, y le dice a la mujer: 'Buen día, señora. ¿Qué está haciendo?'
- Leyendo un libro- responde ella (piensa '¿No es obvio?')
Está en zona restringida para pesca- le informa él.
- Disculpe, oficial, pero no estoy pescando, estoy leyendo.
Si, pero tiene todo el equipo. Por lo que veo, podría empezar en cualquier momento, tendré que llevarla y detenerla.
- Si hace eso, lo tendré que acusar de abuso sexual- dice la mujer...
Pero ni siquiera la toqué!!! - dice el guardia.
- Es cierto, pero tiene todo el equipo. Por lo que veo, podría empezar en cualquier momento.
Disculpe, que tenga un buen día, señora, y se fue...
!!!MORALEJA:
Nunca discutas con una mujer que lee. Sabe pensar.
Envía esto a mujeres que sean pensantes... Y a los hombres que sean capaces de reconocer esa inteligencia.
Si recibes esto, sabes que eres inteligente!!
EL BANQUERO
ResponderEliminarUna tarde un famoso banquero iba en su limusina cuando vio a dos hombres a la orilla de la carretera comiendo césped.
Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a investigar.
Le preguntó a uno de ellos:
- ¿Por qué están comiéndose el césped?
- No tenemos dinero para comida. - dijo el pobre hombre - Por eso tenemos que comer césped.
- Bueno, entonces vengan a mi casa que yo los alimentaré - dijo el banquero.
- Gracias, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están allí, debajo de aquél árbol.
- Que vengan también, - dijo nuevamente el banquero.
Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:
- Ud. también puede venir.
El hombre, con una voz lastimosa dijo:
- Pero, Sr., yo también tengo esposa y seis hijos conmigo!
- Pues que vengan también. - respondió el banquero.
Entraron todos en el enorme y lujoso coche. Una vez en camino, uno de los hombres miró al banquero y le dijo:
- Sr., es usted muy bueno. Muchas gracias por llevarnos a todos!!!
El banquero le contestó: -¡Hombre, no tenga vergüenza, soy muy feliz de hacerlo!.
Les va a encantar mi casa.... ¡El césped está como de veinte centímetros de alto!
Moraleja:
Cuando creas que un banquero te está ayudando, piénsalo dos veces.