domingo, 6 de marzo de 2011

Mujer pensante, con su moraleja

Una mañana, el marido vuelve a su cabaña luego de varias horas de pesca y decide dormir una siesta. Aunque no conoce bien el lago, la mujer decide salir en la lancha. Se mete lago adentro, ancla y lee un libro.

Se acerca el Guardián en su lancha, y le dice a la mujer: 'Buen día, señora. ¿Qué está haciendo?'

- Leyendo un libro- responde ella (piensa '¿No es obvio?')

Está en zona restringida para pesca- le informa él.

- Disculpe, oficial, pero no estoy pescando, estoy leyendo.

Si, pero tiene todo el equipo. Por lo que veo, podría empezar en cualquier momento, tendré que llevarla y detenerla.

- Si hace eso, lo tendré que acusar de abuso sexual- dice la mujer...

Pero ni siquiera la toqué!!! - dice el guardia.

- Es cierto, pero tiene todo el equipo. Por lo que veo, podría empezar en cualquier momento.

Disculpe, que tenga un buen día, señora, y se fue...

!!!MORALEJA:

Nunca discutas con una mujer que lee. Sabe pensar.

Envía esto a mujeres que sean pensantes... Y a los hombres que sean capaces de reconocer esa inteligencia.

Si recibes esto, sabes que eres inteligente!!

1 comentario:

  1. EL BANQUERO

    Una tarde un famoso banquero iba en su limusina cuando vio a dos hombres a la orilla de la carretera comiendo césped.
    Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a investigar.
    Le preguntó a uno de ellos:
    - ¿Por qué están comiéndose el césped?
    - No tenemos dinero para comida. - dijo el pobre hombre - Por eso tenemos que comer césped.
    - Bueno, entonces vengan a mi casa que yo los alimentaré - dijo el banquero.
    - Gracias, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están allí, debajo de aquél árbol.
    - Que vengan también, - dijo nuevamente el banquero.
    Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:

    - Ud. también puede venir.
    El hombre, con una voz lastimosa dijo:
    - Pero, Sr., yo también tengo esposa y seis hijos conmigo!
    - Pues que vengan también. - respondió el banquero.
    Entraron todos en el enorme y lujoso coche. Una vez en camino, uno de los hombres miró al banquero y le dijo:
    - Sr., es usted muy bueno. Muchas gracias por llevarnos a todos!!!
    El banquero le contestó: -¡Hombre, no tenga vergüenza, soy muy feliz de hacerlo!.
    Les va a encantar mi casa.... ¡El césped está como de veinte centímetros de alto!

    Moraleja:
    Cuando creas que un banquero te está ayudando, piénsalo dos veces.

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