viernes, 18 de marzo de 2011

Regalos de cumpleaños...

Regalos para el hombre

(dice uno... no yo)

Estoy cansado de aparentar que me gustan los cumpleaños. ¿Cuántas veces vamos a celebrar que una persona logró nacer? Todo lo que logró es no morir antes de los doce meses.

Además, a nadie le gusta que le canten el "Feliz cumpleaños", ni fingir que le agradan los regalos que le hacen. ¿Se dieron cuenta de que hay una industria gigantesca detrás de los pésimos regalos? Los regalos "ejecutivos", por ejemplo: a cualquier pedazo de madera o metal le ponen felpa verde abajo y dicen que es un "organizador de escritorio".

Pero nada se compara con el pisapapeles. Para mí, hay que regalar un pisapapeles cuando uno realmente quiere decir "Rehuso dedicar un segundo de mi vida a pensar en un regalo para usted". Piénsenlo un poco: ¿Dónde trabaja esa gente a la que los papeles se le vuelan espontáneamente de los escritorios? ¿De dónde viene todo ese viento?

Un amigo me acaba de regalar una radio para la ducha. Muchas gracias. ¿Quién quiere música en la ducha? No debe haber mejor lugar para bailar que una superficie resbaladiza junto a una puerta de vidrio.



Y ahora digo yo, Felicidades Iria, un poco tarde por aquí, pero me acordé por otros lados; a Toro (Torea) pasado... nunca es tarde si se dice de buenas!
Y también... Felicidades Mami de Zai! (Adela, ahora ya eres sólo "mami")

2 comentarios:

  1. EL REGALO PERFECTO
    Cuando Dios creó a Adán y Eva les dijo: sólo me quedan dos regalos:
    ”Uno es el arte de hacer pipi de pie... y... entonces Adán se adelantó y gritó: ¡Yo!, ¡Yo!, ¡Yo!, ¡Yo lo quiero!, por favor... Señoooor, ¡porfaaa, porfaaa!, mire que me facilitaría la vida sustancialmente.
    Eva asintió, y dijo que esas cosas no tenían importancia para ella.
    Entonces Dios le dio a Adán el regalo y éste empezó a gritar de alegría. Corría por el jardín del Edén y hacía pipi en todos los árboles y arbustos, corrió por la playa haciendo dibujos con su pipi en la arena... En fin, no paró de lucirse.
    Dios y Eva contemplaban al hombre loco de felicidad y Eva preguntó Dios:
    ¿Cuál es el otro regalo?
    Dios contestó:
    CEREBRO Eva, CEREBRO, Y ES PARA TI.

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  2. Muchísimas gracias!!!!! (otra vez!)

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