En una ocasión una abuela trajo su nieto a Mahamat Gandhi. El niño tenía un apetito insaciable por el azúcar lo cual estaba poniendo en peligro su salud. "Por favor -ella suplicó a Gandhi-, dígale a mi nieto que deje de comer azúcar, ya que sé que lo respeta mucho a usted, yo sé que él le escuchará lo que usted le diga." Gandhi les pidió que se fueran y regresaran en cuatro días. Cuatro días más tarde regresaron la abuela y el nieto. Gandhi mirando a los ojos al nieto de la señora le dijo con autoridad: "Deje de comer azúcar, estás hiriendo tu cuerpo". Después de un breve silencio, la abuela le preguntó a Gandhi. "Señor, ¿por qué usted nos pidió esperar cuatro días y regresar, si esto mismo lo hubiera dicho el día que vine?" Gandhi respondió: "Señora, hace cuatro días yo estaba comiendo azúcar y no podía hablarle con autoridad a su nieto. Ahora puedo, porque hace cuatro días dejé de comer azúcar". |
jueves, 12 de junio de 2014
Te muestro un ejemplo para que seas buen ejemplo
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