La siguiente noticia es de octubre de 2010 (de "libertad digital").
Después de la noticia, hay una carta "dirigida al juez Juan del Olmo".
Muy interesante.
El juez Del Olmo:
"llamar "zorra" a una esposa no es un insulto"
La sentencia tampoco observa mala fe en que le diga que vería a la denunciante "en el cementerio en una caja de pino".
Llamar 'zorra' a la esposa no constituye menosprecio o insulto, si quien utiliza este término lo hace "para describir a un animal que debe actuar con especial precaución", afirma la Audiencia Provincial de Murcia en una sentencia redactada por el juez Juan del Olmo, instructor del 11-M, que revoca la condena de un año de cárcel a un hombre por un delito de amenazas.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, indica que el Juzgado de lo Penal número Dos de Cartagena condenó al acusado a la pena de un año de prisión por un delito continuado de amenazas en el ámbito familiar al considerar probado que, a través de unas llamadas telefónicas hechas al hijo común, llegó a decir que vería a la denunciante "en el cementerio en una caja de pino".
La Audiencia Provincial de Murcia no aprecia en los hechos probados que en el comportamiento del denunciado hubiera una situación de dominación sobre su mujer, por lo que lo condena a la pena de ocho días de localización permanente por una falta de amenazas leves.
"La realidad fáctica acreditada -dice la Sala- no reseña que el acusado vertiese alguna expresión que proyectase desprecio o menosprecio a la dignidad de la mujer o que fuera expresiva de una posición de dominio o exigente de sumisión".
"Antes al contrario -añade-, las dos conversaciones reseñadas en el relato de hechos probados de la sentencia del Juzgado de lo Penal no expresan comentario en tal sentido, ni en la fundamentación jurídica de la misma se explicita ninguna razón que haga pensar en su posición dominio o control".
La Audiencia comenta que "incluso procede señalar que la expresión 'zorra' utilizada en el escrito del recurso, escuchada la grabación de la vista oral, no se utilizó por el acusado en términos de menosprecio o insulto, sino como descripción de un animal que debe actuar con especial precaución, a fin de detectar riesgos contra el mismo".
Este acusado tenía antecedentes cuando fue juzgado por estos hechos, al haber sido condenado en enero de 2009 a 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad y prohibición de acercarse a su esposa por un delito de malos tratos en el ámbito familiar.
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Ahora la respuesta ciudadana...
CARTA AL JUEZ DEL OLMO:
Como algunos de vosotros sabréis a estas alturas, el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha dictado una sentencia en la que afirma que llamar "zorra" a una mujer no es delito ni falta ni nada, porque quien usa ese adjetivo en realidad quiere decir que dicha mujer es astuta y sagaz. He aquí el escrito que le ha remitido una ciudadana...¨
"Estimado juez Del Olmo: Espero que al recibo de la presente esté usted bien de salud y con las neuronas en perfecto estado de alerta como es habitual en Su Señoría...
...El motivo de esta misiva no es otro que el de solicitarle amparo judicial ante una injusticia cometida en la persona de mi tía abuela Felicitas y que me tiene un tanto preocupada.
Paso a exponerle los hechos:
Esta mañana mi tía abuela Felicitas y servidora nos hemos cruzado en el garaje con un sujeto bastante cafre que goza de una merecida impopularidad entre la comunidad de vecinos. Animada por la última sentencia de su cosecha, que le ha hecho comprender la utilidad de la palabra como vehículo para limar asperezas y echando mano a la riqueza semántica de nuestra querida lengua castellana, mi querida tía abuela, mujer locuaz donde las haya, le ha saludado con un jovial "que te den, cabrito".
Como una hidra, oiga...! De poco me ha servido explicarle que la buena de mi tía abuela lo decía en el sentido de alabar sus grandes dotes como trepador de riscos y que en estas épocas de recortes a espuertas, desear a alguien que le den algo es la expresión de un deseo de buena voluntad. El sujeto, entre espumarajos, nos ha soltado unos cuantos vocablos que no sé si eran insultos o piropos, porque no ha especificado a cuál de sus múltiples acepciones se refería y ha enfilado hacia la comisaría más cercana haciendo oídos sordos a mis razonamientos (que no son otros que los suyos de usted) y a los de mi tía abuela, que le despedía señalando hacia arriba con el dedo corazón de su mano derecha, con la evidente intención de saber hacia donde soplaba el viento.
Como tengo la esperanza de que la denuncia que sin duda está intentando colocar esa hiena (en el sentido de que es un hombre de sonrisa fácil) llegue en algún momento a sus manos, le ruego, por favor, que intente mediar en este asunto, explicándole al asno (expresado con la intención de destacar que es hombre tozudo, a la par que trabajador) de mi vecino lo de que las palabras no siempre significan lo que significan y le muestre de primera mano esa magnífica sentencia suya en la que determina que llamar zorra a una mujer es asumible siempre y cuando se diga en su acepción de mujer astuta.
Sé que es usted un porcino (dicho con el ánimo de remarcar que todo en su señoría son recursos aprovechables) y que como tal, pondrá todo lo que esté de su mano para que mi vecino y otros carroñeros como él (dicho en el sentido de que son personas que se comen los filetes una vez muerta la vaca) entren por el aro y comprendan que basta un poco de buena voluntad, como la de mi tía abuela Felicitas, para transformar las agrias discusiones a gritos, en educados intercambios de descripciones, tal y como determina usted en su sentencia, convirtiendo así el mundo en un lugar mucho más agradable.
Sin más y agradeciéndole de antemano su atención, se despide atentamente, una víbora (evidentemente, en el sentido de ponerme a sus pies y a los de su señora)."
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