jueves, 12 de diciembre de 2013

El chocolate, y la comida, son los sutitutos del... amor

¿Por qué necesitamos chocolate o patatas fritas cuando estamos tristes?
¿Por qué cuando nos agobia el estrés, sentimos ira o estamos aburridos tendemos a comer de
forma descontrolada?


Algunos de nuestros conflictos emocionales los expresamos a través de la forma en que nos relacionamos con la comida. Nos sentimos empujados a comer sin hambre cuando tenemos necesidad de calmar la ansiedad o llenar un vacío de frustración o miedo. Por eso es fundamental empezar a reconocer aquellos estados de ánimo que nos empujan a comer de forma compulsiva, para poder gestionarlos de forma mas adecuada. Porque en ese momento lo que necesitamos
es alimentar nuestra alma.


De manera instintiva hemos relacionado la nutrición con las emociones. El vínculo entre la
alimentación y la afectividad viene de nuestros orígenes. Nuestra madre nos
amamantaba cuando éramos bebes en un acto lleno de amor. La necesidad de afecto y de nutrición son necesidades primarias, sin las cuales no podría sobrevivir el niño. Por ello, la alimentación física y emocional están íntimamente relacionadas en cada uno de nosotros. En ocasiones, cuando sentimos un vacío en nuestro interior, el recurso mas rápido del que disponemos es llenarlo de comida. Cuando comemos tomamos algo que esta fuera de nosotros y lo llevamos a nuestro interior, de manera
que el alimento se fusiona en nosotros y se convierte en un sucedáneo de la verdadera
necesidad que tenemos. Esto puede convertirse en un hábito y, frente a las situaciones emocionales negativas con las que nos enfrentamos, comer una cantidad excesiva de alimentos, comer más rápido
de lo normal o comer sin hambre. Podemos acabar con un sentimiento de culpabilidad y
malestar mayor intentar ponernos a dieta al día siguiente o llevar a cabo regímenes continuos, por lo que nuestro cuerpo se encuentra en perpetua lucha por reconocer sus necesidades físicas, pero también emocionales.


(Leído en el "muro" de un amigo)

No pretendo ser ni nutricionista ni consejero, sólo comparto lo que me parece interesante.
Feliz día y buen provecho.

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