He ido muchas veces, pero menos de las que quisiera. Además con un buen chocolate y unos buenos churros se puede hablar más tranquilo de muchas más cosas.
Hay otros lugares: El Timón, Torre Esmeralda, el Denver, como no Bonilla a la vista, Valor (en Madrid), el Mercado de Riveira, pero ninguno tan tradicional o delicioso como la Churrería Barcelona.
Las mejores primeras comuniones a las que iba cuando era pequeño eran en las que había chocolate con churros. Las mejores bodas y fines de año son los que acaban con un chocolate con churros. Los mejores domingos a bordo son cuando hay chocolate con churros. Las mejores tardes que paso en familia son en las que se saborea un chocolate con churros.
Aquí os dejo algo que no he escuchado, a bordo no puedo, pero sin duda haré a la menor ocasión, se trata de un monólogo de un coruńes, que también sin duda habrá probado los churros de alguno de los sitios que he citado.
Luis Piedrahita
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