Siempre me gusta tener una libreta, una hoja en blanco, para poder escribir alguna idea, alguna historia, o la sensación de que sí algo me gusta lo pueda leer más tarde. No tengo mala letra, todo lo que escribo podría entenderlo cualquiera (a la vista y con la mente), creo que cuando escribimos debemos pensar en eso. Dicen que más vale un lápiz pequeño que una memoria grande; es otra razón por la que debiéramos tener a mano siempre un bolígrafo o un lápiz. A veces empiezas a escribir, una carta por ejemplo, y parece que te vas a quedar trabado, pero hay tantas cosas que contar que fácilmente salen, sólo hay que disfrutar, concentrarse y olvidarse del movil un poco, es lo que primero se me ocurre. Una cosa importante, para escribir quizá haya antes que tener recuerdos, ver mundo, conocer a quién le escribes (aunque no primordial), leer... Una hoja, escribir lo que te pasa, lo que ves, lo que sientes, lo que te gustaría, algún sueño, algún cuento, tiene tanta riqueza que te hace despertar, y hacerte sentir sorprendido a veces hasta contigo mismo. Escribir una sonrisa es difícil, pero quien lee a veces la tiene. Después de escribir una carta, una historia, cuento o relato, o simplemente una idea, te estiras, respiras, abres el pecho, enderezad la columna, cierras los ojos... exhalas y se va todo lo que ya no nos sirve. Hoy empecé una hoja en blanco, disfruto. Y comparto por sí a alguien le gusta. Siento ese misterio, dulce. |
viernes, 18 de abril de 2014
Hoja en blanco
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Me encanta tu primera hoja en blanco... Estoy deseando leer la siguiente! Ánimo, saca de ti todo lo que encuentres!!!
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