Y si es cierto que has dejado de quererme...
yo te pido,
¡por favor, no me lo digas!
Necesito por hoy
y todavía
navegar inocente en tus mentiras...
Dormiré sonriendo
y muy tranquilo.
Me despertaré bien temprano en la mañana.
Y volveré a hacerme a la mar,
te lo prometo...
Pero esta vez...
sin atisbo de protesta o resistencia
naufragaré por voluntad y sin reservas
en la profunda inmensidad de tu abandono...
Jorge Bucay
Mientras la mente no abandone, el corazón seguirá navegando.
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