"El velero de lujo más grande del mundo zarpa de Marín"
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Lo que me ha parecido sorprendente, quizá fallo del autor de la noticia, es que en uno de los párrafos escribe:
"En total, se realizó una inversión de 40 millones de euros. Porque lo cierto es que el barco está pensado para un público de mediana edad y alto nivel cultural."
Puedo entender que con tantas cifras se le haya ido la cabeza a la palabra "cultural" en vez de lo que considero yo idónea: "económico".
También puedo comprender que el autor del artículo se haya imaginado en la popa del gran velero, al sol del atardecer con un buen refresco, leyendo un buen libro, de ahí que le viniera a la cabeza lo de "cultural".
Lo que no entendería sería que realmente el autor piense que los que tienen alto nivel económico también lo tienen cultural, claro que los hay, pero un calificativo no lleva consigo obligatoriamente el otro. Para qué nos entendamos (y que nadie se ofenda), hay ricos tontos y ricos listos. Y hay pobres también listos y tontos.
Yo ni soy listo ni tonto, ni rico ni pobre, por lo tanto, eliminando la segunda parte de a quien va dirigido el velero, la parte discutida de "cultural" o "económico", y centrándome en la primera, va dirigido a mí, persona de mediana edad, si el promedio de vida son 80 ya me estoy acercando a los 40 (como suena, esto era pare reflexionar solo, no en público, pero bueno, estoy pensando en alto). Así es que... a ver si me doy una vueltecita por los mares en él...
Cambiando de tercio...
Estuve de prácticas en el velero ruso "STS Sedov" una semana, de Huelva a Vigo. Ese buque escuela de 4 mástiles de 63 metros y 117,5 metros de eslora y 14,9 de manga, construido en Alemania en 1.921, que durante 80 años fue el más grande del mundo, iba dirigido a gente de la mar, de los de verdad, de los de pasar frío, limpiar la cubierta y dorar el bronce, tirar de cabos a cualquier hora del día, y de la noche, subir como gatos a lo más alto del mástil... hacer alfombras de esparto en la popa al atardecer... iba dirigido a cadetes de poca edad. Que suerte haber embarcado allí esa semana, pero que suerte también que sólo fuera una semana, hablando en plata, acojona subir al palo...
Saludos.
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